Sunday, April 26, 2009

lolita

Lejos que querer encasillar este espacio y convertirlo en poco menos que en una columna de crítica filmográfica, he vuelto a caer. Me he vuelto a enamorar. Les pido disculpas. Y lo hago porque sé que no es esto lo que quieren leer cuando entran aquí. Aunque, bien es verdad, nunca me quedó muy claro lo que buscaban. Ni tampoco si alguna vez lo encontraron.

Existen, a mis ojos, demasiadas similitudes entre Holly Golightly
y Dolores Haze. Su hechizo es el mismo. Su belleza, indiscutible, apabullante. Su caracter, ora tierno, ora grosero. Ya saben: una de cal y otra de arena. Ese ligero aire rural. Su mirada dulce. Su afán por dominar a los hombres mediante la seducción, tan propio de la femme fatale. Y su voz, maldita sea su voz.

Incluso Kubrick, o también él, se enamoró: "Ella es agresiva y dura.
Suspira frecuentemente en clase de forma ruidosa. Masca chicle vehementemente y al mismo tiempo que masca, habla. Sabe manejar los libros. Todo perfecto, sin importancia. Voz agradable. Se rie con frecuencia y a menudo. Es excitable pero risueña. Un poco soñadora. Concentración pobre. Cuando se pone a mirar un libro se harta de él y lo tira. Cuenta chistes privados que nadie comprende y que no tienen gracia alguna. O posee un control excepcional o carece absolutamente de control, todavía no lo sabemos (...)"

Reminescencías, una y otra, de los 60's. Una gran época. Ya he encontrado, por fin, dónde quiero vivir. Allí, con ella. Para siempre. Lástima que ella tuviera otros planes.


1 comment:

Dani said...

Eres un cursi. En los sesenta no había internet. ;)