No siempre podemos estar contentos. Hay veces que la vida nos coloca en unas situaciones complicadas. Todos hemos tenido esos días tan malos en los que no queremos levantarnos de la cama. Y lo peor es que vienen por rachas.
Muchos amigos te darán ánimo en esos momentos (la verdad es que hace mucha falta y se les echa de menos cuando no están!). Todos intentan que ese tiempo tan malo pase lo antes posible y sea lo más llevadero (ahogar las penas en alcohol es una técnica muy utilizada pero de tanto usarla...a mi ya no me funciona!).
Hasta ahora no he dicho nada nuevo. El caso es que, con el paso de los años (y de las tristezas), me he dado cuenta de que las cosas se pueden hacer de otra manera. Esto es: tratar de disfrutar también de ese malestar. Sé que suena raro, me explicaré:
Yo entiendo cada una de las experiencias que tenemos no ya sólo como una lección, algo de qué aprender (no cometer los mismos errores dos veces, etc), sino también como algo más. En mi opinión, todos esos malos momentos son parte inherente en nuestra vida, y ya que no podemos evitarlos creo que es mejor intentar aprovecharlos.
Y es que, si siempre fueramos felices, llegado un momento nos aburriríamos. Tal vez esos momentos malos estén ahí para algo. Para hacernos ver que la felicidad hay que ganársela luchando y que, por mucho que nos duela, no dura para siempre.
Un abrazo fuerte fuerte,
Joni
Thursday, March 1, 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment