Friday, April 20, 2007

de la locura I

Sobre lo ocurrido en el Virginia Tech poco más pensaba yo que se podría comentar. Ya suena hasta común oir que esas cosas pasan en los Estados Unidos. Salvo la evidente sorpresa inicial, no mucho más.

Reconozco que yo mismo descarté hablar de este tema en este blog ya que lo tengo, digámoslo así, para otros menesteres. Pero acabo de leer una entrevista que me hizco cambiar de opinión. Se trata de una que concedió el propietario de la armeria donde esta... Discúlpen mi falta de vocabulario; persona! (eso lo somos siempre) compró las dos pistolas con las que luego mató a tanta gente. Salía adjunta una foto. Créanme, intenté no ser prejuicioso. Pero no lo conseguí: parecía el típico patán americano que tantas veces hemos visto en la televisión.

Dejó, para la posteridad, muchas perlas. Pero yo me quedo con una: "Si las armas estuvieran permitidas en el campus, esto no habría ocurrido. Quizá hubieran muerto una o dos personas, pero antes de que cayera la tercera, el asesino habría sido abatido por alguien con un arma".

Es decir, la solución a que una persona con problemas psicológicos graves un buen día se levante y decida masacrar a más de 30 personas gracias a unas armas que no es que robara o que se encontrará por ahí, sino que compró legalmente; no es (que estupidez!) impedirselas comprar. Todo lo contrario: poner más armas en la calle para, de esta manera, acabar con él antes de que el número de víctimas pase a las dos cifras. Fantástica idea.

Por increible que parezca, no está tan lejos de la realidad. En el año 2000 con una población censada de 280 millones de personas, habían en manos privadas un total de 190 millones de armas (1 arma por cada 2 personas). "Este es un país de armas", dice el individuo y añade a una periodista europea: "si no fuera por mi derecho a armarme, yo hoy hablaría con acento británico y usted en alemán".

No sé, podría dedicar más tiempo a criticar ese modelo de sociedad (y no con eso digo que el europeo sea en todo mejor, ni mucho menos), pero no creo que valga la pena.

No quiero terminar sin dejar de decir una gran verdad. Mucho criticamos lo manipulada que está la sociedad americana por los medios de comunicación. Y parece ser cierto. No obstante, desde fuera siempre todo se ve de otra manera. No sé qué pensará en realidad la gente de aquel país del que, nos guste o no, todos dependemos. La verdad, espero que la mala imagen que dan sea sólo eso, una imagen.

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