Me comentaba una amiga hace algún tiempo que, en muchas ocasiones, era preferible vivir sin demasiados altibajos. Encontrar un nivel aceptable donde uno no sea extremadamente feliz pero tampoco trate de cortarse la venas muy a menudo. Un punto medio. E intentar vivir ahí. Sin lo bueno ni lo malo en un estado de "ingravidez".
Seamos serios. Nadie puede ser extremadamente feliz durante mucho tiempo. Incluso va en contra de la definición de felicidad (al menos de la mia). No debemos aspirar a eso si no queremos rompernos en mil pedazos al llegar al suelo. Y no seré yo, por lo tanto, quien se los recomiende.
La vida son momentos. Ni más ni menos. Pocos o muchos. Cortos o largos. Y para tener de los buenos, desgraciadamente, necesitamos de alguno que otro malo para poder comparar. No está exenta la vida de cierta matemática. Mira tú por donde.
El secreto para ser feliz (y no digo yo nada...) consiste, a mi modesto parecer, en conformarse con lo que uno tiene pero seguir luchando por lo que se desea. Consiste en llorar de pena y reir de alegría (y no al revés!). Consiste en no fiarse de nadie pero en ser ingenuo e inocente y que nos engañen con facilidad. El secreto que quiero que guarden es que ya nadie cuenta secretos. De la misma forma que nadie puede contarte como vivir tu vida. Pero a todos nos viene bien un consejo.
Engañémonos por un momento: son los errores los que nos llevan a la meta y no los aciertos. Son las complicaciones las que dan el sabor, la sal y pimienta al camino. Volvamos ahora a la realidad: no hay meta. Corres solamente tú. Y del camino, ya se sabe: "caminante no hay camino...".
PD: Yo, me rindo. Y es que "a buen embaucador, pocas palabras bastan."
Thursday, August 23, 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
Como ser humano soy una especie de antología de contradicciones, de gaffes, de errores, pero tengo sentido ético. Esto no quiere decir que yo obre mejor que otros, sino simplemente que trato de obrar bien y no espero castigo ni recompensa. Que soy, digamos, insignificante, es decir, indigno de dos cosas,. El cielo y el infierno me quedan muy grandes. (dice el gran escritor y, a mi parecer, bastante menos gran persona, Borges)
Post a Comment